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ESPIRITUALIDAD

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La espiritualidad de Fondacio se centra en Cristo y su Iglesia. Parte de la misma pregunta del salmista: "¿quién es el hombre como para que Dios se acuerde de él?" (Salmo 8, 5) y funda su actuar en la convicción de que "tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Único (Jesucristo)" (Jn 3, 16). Se despliega la promesa de una humanidad renovada en Dios: "Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Les quitaré del cuerpo el corazón de piedra y le pondré un corazón de carne (…) ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios" (Ez 36, 26 y 28).

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Dios crea al hombre por amor, lo crea a su imagen y semejanza y no tiene para él más que un deseo: que viva y que viva en plenitud.

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Creemos que para cada persona existe la posibilidad de un camino de unificación, de reconciliación consigo mismo y con nuestro Creador. Este camino pasa por una persona, Jesús de Nazaret, verdadero Dios y verdadero hombre. Él ha dicho sobre sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida " (Jn 14, 6). Él nos revela quién es Dios.

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Cristo nos hace amar el mundo tal como es, sin juzgarlo ni condenarlo. Nos hace entrar en nuestra dignidad de hombres y mujeres, nos lleva a dignificar y respetar a cada ser humano. Nos invita a ser testimonio de esperanza en el corazón de este mundo.

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Así, somos, impulsados a servir, a colaborar con la acción transformadora de Jesucristo en el mundo, a nuestro alrededor, en nuestra familia, en nuestro lugar de trabajo, buscando al mismo tiempo la transformación de las estructuras que construimos como miembros activos de la sociedad y de la cultura en que vivimos.

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Fondacio está vinculado al Consejo Pontificio para los Laicos en Roma a través de visitas e informes regulares y mediante su participación en la "Fraternidad Católica".

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En cada país en el que Fondacio está presente en más de una diócesis, busca tener un obispo local como punto de referencia, que acepte acompañar su camino como comunidad eclesial. Los obispos de las diócesis afectadas son informados por los responsables locales de las actividades y misiones realizadas.

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Algunos sacerdotes son miembros de Fondacio, donde comparten el camino comunitario y ejercen al mismo tiempo su ministerio sacramental. Otros, sin formar parte de las comunidades, dan acompañamiento espiritual a los miembros o a los invitados a las reuniones de evangelización.

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Desde diciembre de 1996, Fondacio es miembro de la Fraternidad Católica, una agrupación de comunidades carismáticas que reúne a una treintena de comunidades en alianza en todo el mundo. La Fraternidad Católica está reconocida como una asociación privada de fieles de derecho pontificio. Sus estatutos fueron firmados por el cardenal James Francis Stafford, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.

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Fondacio es católico y ecuménico. A partir de su experiencia, una comisión compuesta por responsables pastorales de varias confesiones lleva a cabo una reflexión sobre el ecumenismo e informa de su evolución al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.

Ser miembro de Fondacio es querer participar en esta misión siguiendo un camino de crecimiento humano y espiritual, de desarrollo de la propia vocación y de entrega a los demás, en la escuela de Jesucristo. Cada miembro busca vivir plenamente su condición de bautizado, en el estado de vida elegido (pareja o soltero) y en su inserción familiar, social y profesional.

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Amar el mundo, tener esperanza y fé en la vida y en los acontecimientos, permaneciendo lúcido ante la realidad.  Fondacio desea trabajar con otros buscadores de sentido para encontrar nuevos caminos de humanidad en los diversos campos de la actividad social.

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Fondacio se preocupa por vincular en su misión el anuncio del Evangelio y la realización de obras al servicio de la humanidad.  Al igual que Jesús, que se interesó tanto por los judíos como por los gentiles, Fondacio vive su misión en la unidad.  Fondacio vive su misión en unidad fraternal con otros creyentes y no creyentes que desean participar en la construcción de un mundo mejor.

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Fondacio reúne a cristianos de diferentes confesiones. Juntos buscan manifestar la unidad del Cuerpo de Cristo en comunión con sus respectivas iglesias. Cada uno está llamado a acoger y honrar al otro en su particular pertenencia.
Fondacio quiere ir lo más lejos posible hacia la unidad sin borrar las diferencias; al contrario, invita a cada uno a aportar a los demás las riquezas particulares de su iglesia.
Fondacio es una experiencia de dejarse llevar por el camino del encuentro, del diálogo y del amor mutuo, en docilidad al Espíritu Santo.

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